¿Eres una apasionada de los niños? ¿Desde pequeña soñabas con dar clase o compartir el tiempo con niños pequeños y ya apuntabas maneras con tus muñecos? Es probable que tu desarrollo laboral pase por hacer un curso de educación infantil. Ni siquiera tienes que preparar oposiciones después si no quieres, una de las salidas profesionales para ti puede ser ejercer como animadora infantil.
“Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te llevará a donde quieres llegar mañana”, Walt Disney
Es un camino al que aún le queda mucho por explorar. No obstante, parece que la continuidad de la bolsa de trabajo está asegurada si pensamos en cómo celebran los padres los cumpleaños de sus hijos, por ejemplo.
Si tu objetivo en la vida siempre ha sido trabajar con niños, entonces estudiar educación infantil a distancia, de una manera poco intrusiva y adaptada a tu situación actual, puede ser un reto que cumplirías con facilidad. Solo necesitas el empuje y la ilusión y parece que eso ya lo traes de serie. Para animarte todavía más te contaremos que un curso de educación infantil tiene más salidas que hacerte con un puesto dentro de un aula.
Hoy en día podrías participar en programas de consultas pediátricas o trabajar en granja escuelas y ludotecas, pasando por convertirte en animadora infantil para tener todas esas puertas abiertas a lo largo de tu carrera.
O si te conviertes en autónoma podrás montar tu propia guardería, centro educativo o instalaciones de ocio para dar rienda suelta a la artista que llevas dentro para crear animaciones infantiles. Si eres chico y quieres ser animador infantil, el camino a seguir será el mismo para ti.
No por el hecho de que vayas a tener un trabajo con niños este será sencillo, ser animadora infantil implica trabajar mucho, esforzarte y ponerle dedicación a lo que haces. Sabemos que te gustan los niños, sobre todo los de menos edad, pero aún así tendrás que entrenar tu paciencia para aguantar sus enfados. La empatía y el cariño son básicos para que seas una profesional muy recomendada por los padres y tu salario no deje de crecer.
Después de estudiar educación infantil también sería recomendable que hicieras cursos específicos en función del lugar en el que vayas a trabajar. No es comparable que te contraten como animadora para niños con distintas enfermedades que están ingresados en un hospital con que tu tarea sea entretener a niños en cumpleaños, comuniones o bodas.
Quizá seas autónoma y te muevas en distintos escenarios. En ese caso, los primeros no podrán tener contacto con cualquier tipo de materiales así que olvídate de jugar con plastilina o “slime” (el pringue de moda más actual) o de pintar las caras.
Para todos los pequeños espectadores será seguro y divertido verte construir un perro o una flor con globos o hacer malabares con lo que encuentres cada mañana en tu frutero.
Aunque parece una obviedad, en tu bolsa de entretenimientos incluye algún baile o algún truco de magia sencillo. El público que te verá es muy agradecido pero, a veces, también muy difícil de conquistar. Pero tu pasión bien vale superar esas primeras barreras. ¿O no es así?
Si quieres garantías de que nunca fallarás, prepara un repertorio de actividades lo más amplio posible. Incluye a los niños en alguna actividad y busca la interacción con ellos para que se sientan integrados y no se aburran.
Casi te diríamos que ser animadora infantil tiene un punto de complejidad más allá de ser solo educadora infantil. Y es que a lo mejor tienes que entrenar para seguir el ritmo de tu público, animarlo y mantener tu energía bien arriba mientras estés trabajando. Es posible que, si estás en una ludoteca o te contratan para las fiestas navideñas o celebraciones patronales de alguna ciudad, tengas varios turnos de actuación. No pierdas fuelle durante la jornada.
Para ser la profesional 100% deberás jugar con una personalidad múltiple. Es decir, tienes que ejercer de monitora, actriz, payasa y animadora.
Dado que tu profesión soñada es cada vez más demandada para eventos públicos o privados, gánate al público para que siempre vuelvas a ser tú la elegida.
Lo mejor es que tengas muchos recursos y que seas experta en muchos de ellos: da igual que tengas que pintar caras, enseñar a hacer muñecos amigurumis o pulseras con grandes cuentas. Tu sueldo te va en ello. ¡Sobre todo si eres autónoma! Si trabajas para alguien tendrás el argumento perfecto para solicitar un aumento.
Por algunos requisitos de esta profesión, parece que es un destino laboral menor pero nada más alejado de la realidad. Se trabaja a través de acciones divertidas, sí, pero detrás de la careta se vela por el desarrollo físico y psíquico de los niños.
“Todos nuestros sueños pueden convertirse en realidad si tenemos la valentía de perseguirlos”, Walt Disney
Igualmente, si te animas a formarte serás de las primeras personas que impulsen su socialización con los demás espectadores de su edad y contigo. Además, ayudarás a la integración de los pequeños con alguna discapacidad y animarás a un juego solidario, que supervisarás con la garantía de que conoces los cuidados básicos. Después de todo, primero has hecho un curso de educación infantil que te ha enseñado mucho para llegar hasta aquí. Tu presencia será muy beneficiosa, eso ni lo dudes.
Si has seguido leyendo hasta aquí no hay duda de que hemos encontrado tu pasión. ¿Por qué no haces un curso de educación infantil? Es el paso previo a convertirte en la mejor animadora infantil de tu zona. Otros ejercerán sin unas bases sólidas, pero tu formación y tu currículum te precederán a la hora de que te contraten sabiendo que contar contigo es garantía de éxito y tranquilidad.
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